Instituto Duartiano resalta valentía de Rosa Duarte en el bicentenario de la heroína

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    Santo Domingo, República Dominicana.- El presidente del Instituto Duartiano, Wilson Gómez Ramírez, resaltó la valentía e integridad de Rosa Duarte Díez en el proceso independentista, al conmemorarse este domingo el bicentenario de su nacimiento, en un emotivo acto denominado “Una rosa para Rosa Duarte”, que tuvo como escenario la casa de la familia Duarte-Díez, en la ciudad colonial.

    Gómez Ramírez proclamó que “la heroína es merecedora de todos los reconocimientos, pues, su nombre en particular, como el de Vicente Celestino Duarte, y el propio de la familia procera Duarte-Díez, merecen cenotafios en las marmóreas bóvedas del Panteón de la Patria.

    El presidente del Instituto Duartiano, Wilson Gómez Ramírez, pronuncia las palabras centrales del acto de apertura.

    El presidente del Instituto Duartiano precisó que “esta excepcional mujer jugó importantes roles de colaboración en la sociedad La Trinitaria, y durante todo el proceso seguido en procura de la creación del estado dominicano, también en este orden, mantuvo la mayor firmeza”.

    Destacó que Rosa Duarte participó en la arriesgada tarea de la fabricación de balas o cartuchos, usando para ello las planchas de plomo que, como parte de las mercancías, estaban depositadas en el almacén de su padre Juan José Duarte Rodríguez.

    Manifestó que algunos de estos pertrechos se reservaron para el levantamiento del día 27 de febrero de 1844, en el Baluarte de San Genaro, hoy Puerta del Conde.

    Aseguró que Rosa Duarte guardó grandes secretos revolucionarios, fue de las integrantes de los repartos teatrales que actuaban para llevar conciencia al pueblo acerca de la importancia de vivir en libertad, de alcanzar la soberanía y todo lo concerniente al propósito de conseguir la independencia.

    El director general de la Biblioteca Nacional Pedro Henríquez Ureña, Diómedes Núñez Polanco, interviene en la conmemoración.

    “Nuestros historiadores coinciden en que la gran obra patriótica de Rosa Duarte queda coronada en su aporte bibliográfico intitulado “Apuntes para la historia de la Isla de Santo Domingo y para la biografía del general dominicano Juan Pablo Duarte”, conocido y popularizado como “Apuntes de Rosa Duarte”, dijo Gómez Ramírez.

    Expresó que este trabajo es considerado como el documento de mayor relevancia y trascendencia en lo referente a la obra, vida y ejemplo de Juan Pablo Duarte y Díez”, indicó Gómez Ramírez.

    Acto del 200 aniversario de Rosa Duarte

    El presidente del Instituto Duartiano intervino hoy en el inicio de una serie de actos efectuados por el bicentenario del nacimiento de la heroína trinitaria Rosa Duarte y Díez, hermana del fundador, Juan Pablo Duarte y Díez.

    Algunos de los asistentes que participaron manteniendo el distanciamiento físico y otras normas dispuestas por el Ministerio de Salud Pública.

    “Por este motivo tenemos este programa patriótico que iniciará a las 8 de la mañana del domingo, con el izamiento de la bandera nacional, en la Casa de la Familia Duarte-Díez, en la calle Isabel la Católica; luego ofrendas florales ante su busto y, durante todo el día hasta las 5 de la tarde, se tributa con la actividad “Una rosa para Rosa Duarte”, dijo Gómez Ramírez.

    Agregó que el público tuvo la oportunidad de depositar una rosa en la plaza ubicada en el interior de la referida casa, además, algunas instituciones como el Despacho de la Primera Dama, Cándida Montilla de Medina, Tribunal Constitucional, Banco Central, Ministerio de Educación, Colegio de Notarios, Efemérides Patrias, Cámara de Diputados y Ministerio de la Mujer.

    Indicó que en los próximos días el Instituto Duartiano, en coordinación con la Alcaldía de Navarrete, destacará en el parque “Rosa Duarte” de allí un busto de la insigne patriota, así como una escultura similar de patricio Juan Pablo Duarte.

    Juan Daniel Balcácer, presidente de la ‎Comisión Permanente de Efemérides Patrias; Miguel Núñez, autor de la obra y Wilson Gómez Ramírez, presidente del Instituto Duartiano.

    En ese mismo orden, manifestó que están haciendo esfuerzos para lograr que la Alcaldía del Distrito Nacional intervenga el parque “Rosa Duarte”, antiguo Braulio Álvarez, localizado en la avenida 27 de Febrero próximo a la calle “Tunti Cáceres”, sea intervenido para que sea iluminado, dotado de vigilancia y objeto de aseo y ornato, para erigir allí un busto de Rosa Duarte y la bandera nacional.

    También está en imprenta una edición especial del libro “Apuntes de Rosa Duarte”, en el cual se recogen más importantes informaciones sobre el Prócer y líder trinitario; la edición es conmemorativa de los 200 años del nacimiento de la heroína.

    Luis Martín Gómez, Luna Fernández Gómez y Wilson Gómez Ramírez.

    También se está imprimiendo una cartilla popular sobre la vida y obra de Rosa Duarte para ponerla en manos de estudiantes público en general.

    PALABRAS DEL DR. WILSON GÓMEZ RAMÍREZ, CON MOTIVO DE CONMEMORAR EL BICENTENARIO DEL NACIMIENTO DE ROSA DUARTE DÍEZ, DOMINGO 28 DE JUNIO DE 2020,

    En este día 28 de junio de 2020, acudimos a este histórico espacio para conmemorar el Bicentenario del nacimiento en este sector de Santa Bárbara, de una de las mujeres dominicanas de más elevada trascendencia de la vida dominicana: Rosa Protomártir Duarte y Díez, hija de Juan José Duarte Rodríguez, español, nacido en Vejer de la Frontera, municipio de la provincia de Cádiz, España; su madre Manuela Díez Jiménez, dominicana nacida en la comunidad de El Seibo. Diez días después, Rosa Duarte, recibió en la Santa Iglesia Catedral de Santo Domingo.

    Don Crispín Ayala Duarte, descendiente del único de los Duarte-Díez que dejó hijos, Vicente Celestino, describe a Rosa Duarte como una persona robusta, que al hablar lo hacía en un tono suave, declamatorio, defendía sus ideas con señalada vehemencia y era dueña de un fuerte carácter.

    Al parecer el haber crecido en medio de tantas angustias e incidencias políticas gravitó para que se fraguara en Rosa Duarte ese recio carácter, toda vez que, entre los hermanos Duarte-Díez, salvo el Padre Fundador de la República, era en la persona de ella que se revelaba un categórico don de mando.

    Esta excepcional mujer, jugó importantes roles de colaboración en la sociedad La Trinitaria, y durante todo el proceso seguido en procura de la creación del Estado Dominicano, también en este orden, mantuvo la mayor firmeza.

    Ella guardó grandes secretos revolucionarios, fue de las integrantes de los repartos teatrales que actuaban para llevar conciencia al pueblo acerca de la importancia de vivir en libertad, de alcanzar la soberanía y todo lo concerniente a la causa independentista.

    Esta hermana del patricio, consagró su vida a favor de la patria, del bien común, amarró su existencia misma al ideal de independencia pura, de patria libre y feliz, ideal levantado con entusiasmo y coherencia por su admirado hermano Juan Pablo, quien no identificó otra razón o motivo de vida que no fuera la lucha resuelta, implementada con firme valentía y coraje, a favor de la noble causa independentista.

    Hay que insistir resaltando a Rosa Duarte, quien, en la devoción y entusiasmo de la causa de su hermano, asumió el proyecto patriótico trinitario; ella ofrecía las razones por las cuales los jóvenes siguieron a Duarte como líder indiscutible, aseguraba que él actuaba sin prejuicios, y no discriminaba a ninguna persona por motivos sociales, raciales o económicos.

    Rosa, conoció a Tomás de la Concha, este, junto a sus hermanos Jacinto y Wenceslao, fueron parte de aquella aguerrida juventud que siguió el ideal patriótico de Juan Pablo Duarte, y Tomás llegó al seno de la familia Duarte-Díez, tras establecer una relación de noviazgo con Rosa. De ahí que fuera bajo la dirección de Tomás de la Concha que esta hermana de Juan Pablo Duarte, se enrolara en la fabricación de balas o cartuchos, convirtió en balas las planchas de plomo que, como parte de las mercancías, había en el almacén de su padre Don Juan José.

    Algunos de estos pertrechos se reservaron para el levantamiento del día 27 de febrero de 1844, en el Baluarte de San Genaro, hoy Puerta del Conde. Como se sabe, Tomás de la Concha fue fusilado por el déspota Pedro Santana, en fecha 11 de abril de 1855, junto a Antonio Duvergé y a un hijo de éste de sólo 22 años.

    Nuestros historiadores o tratadistas de la historia coinciden en que la gran obra patriótica de Rosa Duarte queda coronada en su aporte bibliográfico intitulado “Apuntes para la historia de la Isla de Santo Domingo y para la biografía del general dominicano Juan Pablo Duarte”, conocido y popularizado como “Apuntes de Rosa Duarte”. Este trabajo es considerado como el documento de mayor relevancia y trascendencia en lo referente a la obra, vida y ejemplo de Juan Pablo Duarte y Díez.

    En estos escritos de la hermana predilecta de Duarte, encontramos una vía de acceso para darnos cuenta de los difíciles momentos vividos por los patriotas dominicanos, así se hace un apunte sobre la valiente María Trinidad Sánchez, condenada a muerte junto a su hijo adoptivo Andrés Sánchez, Nicolás de Bari y José del Carmen Figueroa, por “traicionar la patria”.

    Rosa, refiriéndose a este bochornoso acontecimiento, ocurrido el 27 de febrero de 1845, dice:

    “(…) Santana y Bobadilla, para hacer solemnemente funesto el 1er. aniversario de la independencia de la patria, a las 6 de la mañana sacaron para el patíbulo a las nobles víctimas de su lealtad y patriotismo: el mismo día a las 4 de la tarde Santana con su Estado Mayor fue a ver el lugar de la ejecución como si fuera un campo de Batalla (…)”.

    Pero, no cesaban las abusivas acciones del general Pedro Santana, y en marzo de 1845 emite, por medio del Secretario del Interior y Policía, Manuel Cabral Bernal, la funesta orden de expulsión contra la respetable familia Duarte-Díez, así fue desterrado todo vínculo familiar de Juan Pablo Duarte. La desagradable comunicación es dirigida a doña Manuela Díez Jiménez, cabeza de familia, pues Don Juan José Duarte Rodríguez, padre de los Duarte-Díez, había fallecido un año y seis meses antes, o sea el 25 de noviembre de 1843. La injusta y desagradable orden, dice:

    “Siéndole al Gobierno notorio por documentos fehacientes que es a su familia de usted una de aquellas a quienes se le dirigen del extranjero planes de contrarrevolución e instrucciones para mantener al país intranquilo, ha determinado enviar a usted un pasaporte para el extranjero, el que le acompaño bajo cubierta a fin de que a la mayor brevedad realice usted su salida con todos los miembros de su familia, evitándose el Gobierno de ese modo de emplear medios coercitivos para mantener la tranquilidad pública en el país”.

    Cuando este hombre, cargado de las más bajas pasiones, asevera “evitándose el Gobierno de ese modo de emplear medios coercitivos”, en una comunicación fechada 3 de marzo de 1845, había que entender esto como una seria amenaza, pues, como se puede advertir, todavía estaba fresca en el patíbulo la fresca sangre derramada por María Trinidad Sánchez, puesto que, entre su ejecución y la orden de expulsión de la familia Duarte-Díez, tan solo habían mediado unos cuatro días.

    En aquel momento Doña Manuela Díez Jiménez contaba con 58 años de edad, Filomena tenía 26, Rosa 24, Manuel 19 y Francisca 14 años de edad; el camino del destierro fue extensivo a los hijos de Vicente Celestino, hermano mayor de los Duarte-Díez, los cuales vivían con Doña Manuela; en total eran nueve los miembros de la familia desterrados por aquella funesta orden santanista.

    Esta familia se embarcó con destino a Venezuela en fecha 19 de marzo de 1845, precisamente, al cumplirse el primer aniversario de la Batalla de Azua y llegaron al puerto de La Guaira, siempre considerada una ancha puerta de entrada de Venezuela, arribaron en la goleta inglesa “Henry King”. Se registra en los Apuntes de Rosa Duarte las palabras del propio Juan Pablo, el 6 de abril de 1845: “Abracé a mi querida madre y hermanas en La Guaira”.

    Posteriormente la familia Duarte-Díez se estableció en Caracas, allí discurrió la vida de estos excepcionales valores dominicanos, víctimas de la iniquidad y la intolerancia, y en particular, de la baja pasión de un sanguinario, déspota, siniestro y traidor personaje: Pedro Santana Familia.

    En 1882, seis años después de la muerte del Padre de la Patria y Fundador de la República Dominicana, Juan Pablo Duarte y Díez, los hermanos Rosa, Francisca y Manuel Duarte Díez, se trasladaron a Maiquetía, lugar ubicado en el litoral central de Venezuela y muy cercano de Caracas. Allí Rosa y Francisca se entregaron a la labor social con el sacerdote Santiago Machado y las Hermanas de la Caridad, recibían y cuidaban enfermos en casas particulares, dada la limitación del centro hospitalario para albergarlos a todos.

    Los hermanos Duarte-Díez retornan a la capital venezolana en 1887, al año siguiente fallece Rosa, a las 10:00 de la noche del 25 de octubre de 1888, a la edad de 68 años. Su acto de inhumación figura en la oficina registral del Cementerio General del Sur, entonces denominado “Tierra de Jugo”, Libro I, años 1885-1890, página 120, número 8,291.

     Bien dijo nuestro historiador Vetilio Alfau Durán, al referirse a Rosa Duarte:

    “(…) Mujer extraordinaria por la generosidad de su espíritu, por su amor a la Patria y por su devoción a la causa santa que encarnó su hermano, el mármol la reclama. Debe vivir en él, como vive palpitante en el agradecido corazón del pueblo por cuya felicidad hizo las más bellas ofrendas (…)”.

    Rosa Protomártir Duarte y Díez. ¡Una singular patriota, sirvió con entusiasmo a su patria, al lado de su adorado hermano y líder, y, ciertamente, es merecedora de todos los reconocimientos, su nombre en particular, como el de Vicente Celestino Duarte, y el propio de la familia procera Duarte-Díez, merecen cenotafios en las marmóreas bóvedas del Panteón de la Patria!

    ¡Muchas Gracias!

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