La estrategia republicana para boicotear a Donald Trump

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Donald Trump enfrenta una resistencia creciente en el seno de su partido

Si había alguna duda acerca de su favoritismo para ganar la nominación del Partido Republicano, Donald Trump la sepultó el martes 1 de marzo. Ganó en 7 de los 12 estados en los que se votaba y extendió su ventaja: ahora lidera con 319 delegados, lejos de los 226 de Ted Cruz y los 110 de Marco Rubio.

El panorama es similar en el Partido Demócrata. Hillary Clinton se impuso en 7 de los 11 estados en disputa, y amplió una diferencia que era un poco más escueta sobre su único rival, Bernie Sanders. Está al frente con 1.052 delegados, más del doble de los 427 del senador por Vermont.

«La ventaja de Clinton, que se había afirmado antes con sus triunfos en los caucus de Nevada y en las primarias de Carolina del Sur, se magnificó tras los resultados del Supermartes. Ganó todos los delegados de los estados ricos del sur, y se impuso en Massachusetts, que se esperaba que fuera para Sanders. La derrota de éste en Virginia por 64 a 35% es una muy mala noticia para él, porque es un estado con liberales de alto nivel educativo, que son su electorado. Clinton ya consiguió más de un cuarto de lo que necesita para ser nominada, sin contar los superdelegados (ver gráfico) que la apoyan», explicó Peri E. Arnold, profesor emérito de ciencia política de la Universidad de Notre Dame, Indiana, en diálogo con Infobae.

«Por su parte —continuó—, los republicanos confirmaron el martes el miedo del establishment partidario: que Trump se vuelva casi invencible. Ya tiene un cuarto de los delegados que necesita para ganar, y lidera en las encuestas de la mayoría de los distritos que tienen primarias en marzo y abril».

«TRUMP YA TIENE UN CUARTO DE LOS DELEGADOS QUE NECESITA PARA GANAR»

Los demócratas se encaminan a nominar a la dirigente más moderada y previsible que tienen, la que posee mayor capacidad de atraer al votante independiente y, sobre todo, la que cuenta con más respaldo al interior del partido.

Exactamente lo contrario ocurre en la vereda de enfrente. Trump es extremista y disparatado en muchas sus posturas, lo que mina sus posibilidades de conquistar a los neutrales. Es casi un extra partidario y carece de apoyos institucionales. Por eso, mientras los demócratas duermen tranquilos con la consolidación de Clinton, los republicanos se desesperan pensando cómo hacer para frenar a Trump.

Marco Rubio, Donald Trump y Ted Cruz Reuters

El Partido Republicano vs Donald Trump

«Antes del Supermartes había una creciente presión para que Cruz, John Kasich y Ben Carsonabandonaran sus campañas para que Rubio (el preferido del partido) tuviera una chance de vencer a Trump. Pero los resultados evidenciaron que era un plan poco realista. Ganó en un solo estado, mientras que Cruz se impuso en tres y se mantiene segundo», dijo Michael Coppedge, profesor de ciencia política en el Kellogg Institute de la Universidad de Notre Dame, consultado por Infobae.

«El apoyo a Trump es tan fuerte en el norte como en el sur, y entre diferentes grupos demográficos, por lo que es poco probable que Rubio venza en su hogar, Florida. Al mismo tiempo, es muy difícil que en las próximas semanas Cruz pueda repetir sus tres éxitos fuera del sur», agregó.

Que el empresario haya ganado en el sur, donde están los votantes más conservadores y religiosos, es toda una sorpresa, porque era el electorado esperable para Cruz. También ganó en Massachusetts, de tendencia liberal. Los que se vienen son más parecidos a éste último, lo que aminora las chances de su principal perseguidor.

Rubio logró el segundo lugar en Carolina del Sur
Marco Rubio es el favorito del partido, pero los votantes le están dando la espalda Reuters

«El establishment republicano no quiere que sea su candidato, pero muchos votantes del partido sí, porque les gusta su mensaje. Cruz puede seguir intentando dominar entre los evangélicos, y así juntar fondos para no abandonar la carrera. Rubio, que es el favorito de la dirigencia, necesita penetrar más entre los latinos. El inconveniente es que muchos de ellos no comparten su visión de las cosas. Sería incorrecto asumir que van a elegirlo sólo porque es cubano. Las minorías votantes deciden en función de los problemas, no del color de piel», dijo a Infobae la politóloga Sharon Wright Austin, profesora de la Universidad de Florida.

«EL ESTABLISHMENT REPUBLICANO NO QUIERE QUE SEA SU CANDIDATO, PERO MUCHOS VOTANTES DEL PARTIDO SÍ»

El éxito del multimillonario es una muestra del acuciante distanciamiento entre los jefes del GOP (Grand Old Party) y sus simpatizantes, que lo ven como el que mejor representa su idiosincrasia. Su lema de campaña, «Volver a hacer grande a Estados Unidos», ha convencido profundamente a muchos.

«Hasta el momento, su éxito ha dejado perplejos a casi todos los supuestos especialistas en política, y no encuentro razones para que eso cambie. Cruz avanzó un poco, pero sigue siendo muy impopular entre los republicanos convencionales. Rubio puede ser el mejor candidato para una elección general, pero tiene que empezar a ganar cuanto antes, o confiar en que una convención trabada se incline por él», contó Stephen C. Craig, director del Programa de Campañas Políticas de la Universidad de Florida, en diálogo con Infobae.

Ted Cruz se mantiene segundo entre los republicanos, pero le va a costar crecer en los próximos estados Reuters

La última esperanza del Partido Republicano para frenar el ferrocarril Trump es que no alcance la mayoría de los delegados. Si en la convención termina como el más votado, pero no llega a los 1.237 que requiere para ser nominado automáticamente, necesitará del apoyo de quienes representan a otros candidatos. Si todos estos se pusieran de acuerdo para acompañar a otro postulante, podrían truncar sus aspiraciones.

«En la convención —dijo Coppedge—, los delegados están obligados a apoyar al postulante que representan sólo en la primera vuelta. Si el ganador no obtiene la mayoría en esa instancia, cada delegado es libre de elegir al candidato que desee. Esto podría abrir la puerta a encumbrar un candidato que pueda ser más competitivo frente a Clinton en la elección general. Sin embargo, hay otros republicanos, como Chris Christie (gobernador de Nueva Jersey y ex aspirante), que han apoyado públicamente a Trump».

«De todos modos —continuó—, se está hablando seriamente de una posible división en el partido. Algunos congresistas están especulando con renunciar a la elección presidencial y hacer campaña abiertamente contra Trump en caso de que sea nominado. Así, buscan preservar la imagen del GOP para después de la elección».

Bernie Sanders la tiene muy difícil, pero dará pelea AFP

Sanders, nadando contra la corriente

No es fácil el camino que tiene por delante este senador de 74 años. Primero porque tiene casi todo el aparato partidario en contra, como lo muestra el reparto de superdelegados. Son líderes demócratas que participan de la convención sin haber sido elegidos por los votantes, y que tienen libertad de apoyar al precandidato que gusten. En este rubro, la ex primera dama lo aventaja por 457 a 22.

«Para tener alguna chance de ganar la nominación, Sanders necesita hacer una buena elección en Michigan y en otros estados grandes no sureños. Pero incluso si esto ocurriera, el liderazgo de Clinton entre los superdelegados la convierte en una clara favorita. Quizás no es imposible que Sanders gane, pero es muy difícil», dijo Craig.

«EL LIDERAZGO DE CLINTON ENTRE LOS SUPERDELEGADOS LA CONVIERTE EN UNA CLARA FAVORITA»

Había empezado muy bien. Sus propuestas reformistas y la osadía de asumirse «socialista» le dieron el apoyo de los más jóvenes, y lo llevaron a perder por muy poco en Iowa y a ganar en New Hampshire. Pero con el correr de las semanas se fue alejando cada vez más de Clinton, que lo aventaja claramente entre los delegados comunes.

Hillary Clinton está muy encaminada para ser la candidata demócrata Reuters

«Sanders va a seguir adelante en la pelea por la primaria demócrata —dijo Arnold—. Haber ganado cuatro estados el martes le da credibilidad para continuar. Además ha sido increíblemente exitoso para recaudar dinero entre los pequeños donantes. Su campaña ha tocado el corazón del ala izquierda del partido. Por todo esto, todavía tiene una pequeña posibilidad».

«Sin embargo, tendrá que imponerse en todos los grandes estados que se vienen, como Ohio, Michigan, Pennsylvania y Wisconsin. Y como los delegados se asignan proporcionalmente, tendría que vencer por una proporción de 80 a 20, a pesar de que no hay razones para pensar que tenga siquiera mayorías simples en ellos, considerando la enorme ventaja de Clinton entre los votante afroamericanos y las mujeres mayores blancas. Así que, a pesar de todo, es bastante claro que la nominación va a ser para ella», agregó.

Lo único que podría ponerse el camino de Hillary es algún escándalo. Hace poco se vio envuelta en una polémica por haber recibido información clasificada en su cuenta de correo electrónico personal. La crisis ya se disipó, pero siempre está el riesgo de que aparezca algún dato nuevo que la comprometa.

«Clinton ya tiene el impulso para ganar, a menos que tenga que enfrentarse a un escándalo desastroso, lo cual es poco probable. Dudo que las acusaciones por la información que recibió en su correo vayan a explotar más de lo que ya lo hicieron. Ya se difundió el último mensaje, y ella puede seguir argumentando que nada de lo que recibió estaba marcado como clasificado en ese momento», concluyó Coppedge.

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