Los discursos y los abrazos de Michelle Obama se han hecho famosos en Estados Unidos. En estos últimos años y, especialmente en los meses de campaña se han visto más políticos que nunca, pero también más cálidos. En mítines, en fiestas de graduación de universitarios, en actos de campañas para que los niños coman saludablemente y practiquen ejercicio o con los veteranos, la primera dama saliente se ha dejado ver como una persona de fuertes convicciones y personalidad arrolladora.
Desde este jueves, la «mamá en jefe» -como se describió a sí misma poco después de convertirse en primera dama- trabaja en una transición tranquila con su sucesora, Melania Trump. Ambas se reunieron en la Casa Blanca para iniciar el proceso que culminará en enero de 2017. Del encuentro sólo ha habido una fotografía y un tuit de Donald Trump afirmando que «a Melania le gustó mucho la Sra. O [bama]».
La futura primera dama no comparte la afición de su marido por las redes sociales. De hecho, es uno de los vicios que le gustaría que abandonase. Desde que Trump anunció su candidatura en junio de 2015, la ex modelo de origen esloveno se ha dejado ver poco en la campaña y son contados los discursos que ha pronunciado.
«Soy una madre a tiempo completo», decía a principios de octubre en su regreso a los escenarios después del discurso que dio durante la Convención Republicana Nacional el pasado mes de julio. Aquel día, Melania pronunció varias frases copiadas literalmente de la intervención de Michelle Obama en la Convención Demócrata de 2008 y desapareció del mapa.
La maternidad y la crianza de sus hijos en la Casa Blanca es, en principio, el único tema que parecen compartir las primeras damas. En lo demás podría decirse que son como la noche y el día.
Michelle Obama, de 52 años, se graduó en Sociología por la Universidad de Princeton (New Jersey) y en Derecho por la Universidad de Harvard (Massachusetts). En su ciudad natal, Chicago, empezó a trabajar para una firma de abogados. Fue ahí donde conoció a Barack Obama, con el que se casó en 1992. El matrimonio tiene dos hijas, Sasha y Malia, que tenían siete y 10 años cuando los Obama se trasladaron a la Casa Blanca en 2009.
Ocho años después, lo harán los Trump con su hijo Barron, de 10 años. La futura primera dama, de 46 años, es originaria la ciudad de Svenica (Eslovenia). Será la segunda nacida fuera de EEUU desde Louisa Adams, esposa británica de Quincy Adams, que ocupó la Presidencia entre 1825 y 1829. Criada bajo el régimen comunista, Melania Trump se matriculó en la Universidad de Arquitectura y Diseño de Liubliana. Descubierta por un fotógrafo local, empezó a trabajar como modelo y en 1996 se mudó a Nueva York en busca del sueño americano. Dos años más tarde conoció en una fiesta a Trump, con el que contrajo matrimonio en 2005.
En las escasas entrevistas que ha concedido Melania, reconoce que no quiere ser política públicamente. «Ése es el trabajo de mi marido. Yo soy muy política en privado», decía en la revista ‘Harper’s Bazaar’. Tampoco Michelle Obama tenía intención de ser política públicamente. Ahora hay quienes plantean que debería dar ese salto.
