¿Necesita mi hijo psicoterapia?

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Santo Domingo

¿Necesita mi hijo psicoterapia? Esta es una de las tantas preguntas que pueden hacerse padres y madres a lo largo de la vida de sus hijos. Es normal que surjan dudas y miedos sobre cuándo, cómo, dónde y con quién iniciar este proceso. Niños, niñas y adolescentes tal como los adultos, pueden encontrarse expuestos a atravesar por conflictos sociales, emocionales, conductuales y académicos. Una buena señal de alerta de que algo puede estar ocurriendo es cuando vemos que el funcionamiento de nuestro hijo en la escuela, con sus amigos y/o familiares no es del todo apropiado. La muerte de algún familiar, un divorcio o una enfermedad importante en la familia, puede causar en nuestros hijos niveles de estrés que alteren su conducta, patrones de sueño, alimentación, rendimiento en la escuela y su estado de ánimo. Otras señales que pudieran indicar que su hijo/a necesita de psicoterapia son las dificultades con el control de esfínteres, episodios de tristeza, retraimiento social, ser víctima de acoso escolar, insomnio, síntomas físicos (ej; dolores de cabeza, de estómago), entre otrosÖ

La psicoterapia pudiera ayudarles a desarrollar recursos para resolver problemas, adaptarse a cambios y a manejar el estrés y la presión de la escuela y sus compañeros. Así mismo, los patrones conductuales no favorables en la familia pudieran replicarse en la vida de nuestros hijos, causándole así dificultades en los distintos ambientes en que se desenvuelven. Luego de identificar que nuestro hijo/a requiere de asistencia de un psicoterapeuta, es conveniente prepararlo para este primer encuentro. Explíquele a sus hijos que este tipo de ayuda no requerirá de consultas médicas, exámenes físicos, inyecciones o algún proceso doloroso que pueda crear tensión en el niño. Coméntele que en psicoterapia se habla y juega con el infante y la familia para ayudarles a resolver conflictos y a sentirse mejor.

Buen manejo cuenta
Es importante también comentarles que todo lo que se hable o trabaje en una sesión será manejado con confidencialidad, sin eximir a los padres, médicos o cualquier otro profesional. Otro factor a tomar en cuenta es la importancia de nuestro papel como padres y la dinámica que está llevando a cabo nuestra familia. Estos dos elementos suelen repercutir tanto de manera positiva como negativa en el desarrollo de nuestros hijos. Tal y como dice Carl G. Jung: “Si hay algo que queremos cambiar en el niño, primero debemos examinarlo y ver si no es algo que podría ser mejor cambiar en nosotros mismos”.

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