Uno de los pocos lugares donde los científicos pueden a la vez estudiar el pasado del planeta y ver de primera mano el impacto del cambio climático se encuentra en la isla de Groenlandia.
Se trata del fiordo Ilulissat, un área protegida por la UNESCO en la costa oeste de Groenlandia que es conocida por sus impresionantes características naturales y su larga historia de presencia humana.
Illulissat es uno de los pocos lugares donde las capas de hielo continentales de Groenlandia entran en el mar, permitiendo a los científicos el inusual acceso al hielo glacial de más de 250.000 años. Es por eso que se conoce como la “zona cero” del cambio climático. La gente ha estado viajando hasta allí durante 250 años para estudiar el glaciar Sermeq Kujalleq, famoso por su movimiento rápido.
Centro de investigación diseñado por el estudio danés Dorte Mandrup Arkitekter en Groenlandia. Foto de AFP.
Y será allí, 150 millas dentro del Círculo Ártico, donde se erigirá un moderno y ecológico centro de investigación diseñado por el estudio danés Dorte Mandrup Arkitekter.
Groenlandia es un territorio danés. El 80 % de su territorio está cubierto de hielo y tiene apenas 54 mil habitantes.
Centro de investigación diseñado por el estudio danés Dorte Mandrup Arkitekter en Groenlandia. Foto de AFP.
El Centro Icefjord proporcionará una base permanente para el trabajo científico. La estructura es de madera y está diseñada para tener un bajo perfil en el paisaje, al tiempo que ofrece vistas panorámicas desde la azotea.
El edificio contará con dos aberturas en cada extremo, en forma de L de suave curvatura. Su techo se inclinará hacia el suelo, formando una pasarela de madera por donde los visitantes pueden disfrutar de las vistas del fiordo, y esto marca el inicio de un sendero para caminar.
Se espera que el Centro Icefjord abra en 2020, pero está por ver si Groenlandia tendrá mucho hielo para entonces. Si continúan las tendencias actuales, los científicos han predicho que la capa de hielo de la fría isla podría derretirse por completo tan pronto como en 2100. Y este podría ser uno de los últimos lugares donde la gente común y corriente podrá ver glaciares.
