El príncipe Enrique, nieto de la reina Isabel II, ha admitido sentirse «muy arrepentido» por «no haber hablado» antes sobre cómo le afectó la muerte de su madre, Diana de Gales, cuando tenía 12 años, informan hoy los medios británicos.
El príncipe, de 31 años, celebró este fin de semana un evento en su residencia del Palacio de Kensington para la organización Heads Together, dedicada a personas con problemas mentales y que creó con los duques de Cambridege, Guillermo y Catalina.