¿Qué esperan aprender los científicos del eclipse total en Estados Unidos?

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Los científicos se emplearán a fondo el 8 de abril para recopilar datos durante el eclipse solar en Estados Unidos, atentos a si ven comportamientos extraños de animales o efectos sobre las personas.

Los eclipses totales son «raros» y representan una «increíble oportunidad científica», declaró en rueda de prensa Pam Melroy, administradora asociada de la NASA, la agencia espacial estadounidense que lanzará cohetes de sondeo.

Estos son algunos aspectos que los investigadores prevén estudiar.

Corona solar 

Cuando la Luna cubra por completo el disco central del Sol, se podrá ver la capa exterior de su atmósfera, llamada corona solar, «de una manera muy especial», explicó Pam Melroy. Es una zona «que aún no comprendemos del todo».

El calor de la corona aumenta con la distancia a la superficie del Sol, un fenómeno contraintuitivo difícil de explicar para los científicos.

En esta región es donde se producen las erupciones y prominencias solares (estructuras de gas a menudo en forma de bucle).

Durante un eclipse, la parte más baja de la corona se ve mejor que utilizando un instrumento especial llamado coronógrafo, explica Shannon Schmoll, astrónoma de la universidad estatal de Michigan. Por eso es una oportunidad de oro para estudiarla.

Los científicos están especialmente entusiasmados porque el Sol se encuentra cerca de su pico de actividad, algo que se produce cada 11 años. Así que «las posibilidades de observar algo increíble son muy altas», afirmó Melroy.

Atmósfera terrestre 

Los científicos también estudiarán los cambios en la parte superior de la atmósfera terrestre, la ionosfera.

Es por allí que pasa gran parte de las señales de comunicaciones. «Las perturbaciones en esta capa pueden causar problemas a nuestros GPS y a las comunicaciones», subraya Kelly Korreck, ejecutiva de la NASA.

La ionosfera se ve afectada por el Sol: sus partículas se cargan de electricidad bajo la radiación solar durante el día.

Tres pequeños cohetes de sondeo serán lanzados antes, durante y justo después del eclipse desde Virginia, en el este de Estados Unidos, para medir estos cambios.

La reducción de la luz provocada por el eclipse, que es más rápida y localizada que en una puesta de sol, debería permitir conocer mejor el modo en el que la luz afecta a la ionosfera.

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