Teletrabajo, expectativas vs. realidad

Hoy es el Día Internacional del Trabajo y lo celebramos estrenando una parte esencial de la cuarta revolución industrial, el teletrabajo, y los testimonios de tres profesionales sobre cómo es su realidad diaria

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Seguro que al alistarte cada mañana para ir al trabajo solías preguntarte: ¿por qué tengo que ir a una oficina cuando lo puedo hacer todo desde casa? Hacer el desayuno, alistar a los niños, llevarlos a la escuela y presentarse fresca como «lechuga» a primera hora parece un panorama traumatizante que ningún cuerpo podría soportar, pero era la realidad de la mayoría antes de la pandemia del Coronavirus.

Teletrabajar, como concepto, es una buena opción para hacer desaparecer el estrés que implica el desastre de transitadas calles, pensar tanto en la imagen, estar rodeado de gente todo el día y tener que esperar hasta la noche para atender algunas cosas personales; pero el teletrabajo llegó, sin esperarlo, con sorpresas y todo, de un día para otro rompió la barrera entre un lugar de descanso y ocio, por un espacio en el que todo se mezcla, enfrentándonos a la discapacidad de desconectarnos.

Ya lo decían los coach y especialistas de la psicología, que la inteligencia emocional es la principal herramienta que debemos tener para enfrentar el futuro, que ya es el presente.

No nos confundamos, el teletrabajo es maravilloso, sí, sí, sí. Hay que agradecer que llegó, fuera como fuera, porque de otra manera hubiese pasado años encerrado solo en nuestra imaginación pensando cómo sería, mientras que ahora lo que hay que pensar es en cómo optimizarlo todo para reírnos solos. Y para saber cómo está resultando la realidad del teletrabajo, algunos profesionales de distintas áreas comparten cómo les va en esta experiencia histórica que nadie nunca antes vivió.

“Nunca visualicé la posibilidad de tener la opción de hacer una consulta con la modalidad de videollamada como única manera; tampoco me había pasado por la mente cobrar por una consulta a distancia ni a corto ni a largo plazo. Normalmente recibo preguntas y dudas por medio de WhatsApp, pero sólo como asistencia adicional a la consulta presencial.

Desde antes del virus, el trato hacia mis pacientes se ha caracterizado por ser de una manera constante, dispuesta y atenta. Normalmente procuro estar en contacto y disponible todo el tiempo posible. Eso nos ha facilitado la transición a mí y a mis pacientes, así como continuar dando el servicio.

¿Qué ha requerido de mí para poder lograrlo? A pesar de estar a la par con la tecnología, he requerido del apoyo de personas como mi community manager, una secretaria virtual y mi hija para ayudarme a moldear correctamente el servicio de manera que me funcione tanto a mí como a mis pacientes; además del apoyo, flexibilidad y trabajo en equipo de todas las ARS, laboratorios, farmacias y deliverys. Hay que valorar a todos los que han logrado que la consulta en cuarentena sea exitosa; mientras que el paciente ha confiado en este servicio alternativo.

He tenido que enfocar mi mente y energía a pesar de la situación negativa que estamos viviendo; balancear mi vida dentro de casa como madre, doctora y ama de casa. Como doctora me he visto en la necesidad de dar orientación clínica, brindar apoyo emocional a mis pacientes y hasta, a veces, a algún familiar de ellas mismas. He recibido mucha satisfacción y bendiciones por servir hasta en esos detalles.

Esta experiencia me ha dejado la enseñanza de que las pacientes no necesitan de todas las consultas presenciales a las que normalmente asisten; es totalmente práctico y posible mezclar la consulta virtual con la presencial en un futuro. He aprendido a valorar más mi especialidad y que el médico, sin importar su edad, tiene que estar a la vanguardia de la tecnología.

El mundo laboral ya no será igual que antes, solo basta con mirar en el sector salud, en el que ya se aceptan recetas digitales, cómo las ARS cuentan ya con plataformas digitales para autorizar reclamaciones y cómo las pacientes tienen la opción de no moverse de casa para consultas que no requieren un examen físico”.

Una experiencia retadora[Indhira Navarro, periodista]

“Yo imaginaba el teletrabajo más sencillo, sin tantas producciones, pero los hechos me han demostrado que no es tan simple. Se requiere, en mi caso que trabajo para la televisión, una producción igual. Pensaba que tendría tiempo para relajarme, echar una siesta y retomar cuando se requiriera… pero ha sido lo contrario, cuando se acaba el día es que se puedo entrar en reposo luego de tantas cosas.

Tengo tres hijos y tres trabajos, por lo tanto debo estar constantemente calculando los tiempos para hacerlo todo de manera efectiva, tanto en el hogar como en las responsabilidades laborales. ¡Ha sido una experiencia retadora!, que ha requerido disposición de mi parte, dar la milla extra, tener fe, más confianza en Dios, delegar en mi esposo y apoyarme en todos, incluyendo mis hijos, para que todo salga bien.

Esta experiencia me ha dejado muchas enseñanzas, entre ellas que estábamos preparados para muchas cosas pero no para una crisis sanitaria; he aprendido a ser más empática con la tecnología; a darle más valor a la colaboración; a enseñar a grabarse a los entrevistados, aunque todos hemos tenido que aprender muchas cosas; a lidiar con la vulnerabilidad de salir a la calle… Son muchas las situaciones y panoramas que enfrentar, que al pasar todo esto nos dejarán diferentes, el mundo será distinto porque esta experiencia está dejando muchas lecciones, en lo personal, en lo laboral y como sociedad en conjunto.

Queda demostrado que, para dar un alto rendimiento en el trabajo, no se necesita tener al empleado en un espacio, son los resultados los que hablan y los que te miden”.

El teletrabajo es amplio y ligero[Richardson Feliz, abogado]

“El teletrabajo ha sido una figura que siempre me ha tocado evaluar y, al mismo tiempo, verificar posibles métodos de reglamentación de empresas extranjeras que manejo, en las que este formato de trabajo se encuentra aplicable y regularizado, de una forma u otra.

Sin embargo, siempre me imaginé cómo sería aplicarlo en RD, donde aún los avances en cuanto a tecnología y responsabilidad laboral en cierta manera se pierden. Para mi sorpresa, he observado cómo muchos empleados e instituciones han adoptado este sistema sin mayores riesgos, así como también han obedecido los estándares de regularización administrativa de los horarios de trabajo, así como el manejo de documentos de manera remota (digital) para favorecer el servicio de terceros. Realmente, como lo imaginaba en comparación a como ha resultado, ha tenido un impacto muy positivo desde mi punto de vista.

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En cuando a mí ha requerido un cambio estructural amplio y a la vez ligero. Desde hace dos años estuve digitalizando toda la documentación legal, con el fin de tener acceso directo desde cualquier parte en la que me encontrase o uno de mis asociados. Esto significó adaptarme a teletrabajar, modificando toda la estructura de servicios de mi firma, limitar algunos y adaptarlos a un sistema virtual de consultas, que me llevaron a optar por la utilización de diferentes aplicaciones digitales que me permitieran la interacción con mis clientes y, al mismo tiempo, el intercambio virtual de documentos e información.

Esta experiencia me ha dejado enseñanzas positivas, ya que me ha permitido conocer diversas vías electrónicas existentes a través de las cuales se puede simplificar el día a día para el cliente cuando se trata de reuniones; también me ha enseñado a utilizar diferentes aplicaciones que de una forma u otra facilitan la remisión de documentos e intercambio de comunicación tanto con el cliente, el empleado y los terceros que se encuentran directa o indirectamente relacionados con los servicios que ofrecemos.

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