Tres de cinco “ninis” de RD son mujeres

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A pesar del rápido crecimiento del PIB con tasas de 7% en 2014 y 2015 y de los esfuerzos del gobierno para impulsar el empleo y reducir la pobreza, más de 21% de los jóvenes dominicanos entre 15 y 24 años se han quedado fuera del sistema educativo y la vida laboral, una cifra ligeramente mayor al promedio regional. La mayoría de estos ‘ninis’, un término que se deriva de la frase “ni estudia ni trabaja”ó son mujeres, de acuerdo a un estudio del Banco Mundial.

El informe “NiNis en América Latina: 20 millones de jóvenes en busca de oportunidades, reveló que el número de ninis mujeres en la región de hecho está descendiendo gracias a mayores oportunidades educativas y laborales. Aún así, tres de cada cinco “ninis” en República Dominicana son mujeres y el factor más influyente es el matrimonio y el embarazo durante la adolescencia.

Formación. La iniciativa había alcanzado a 38,000 jóvenes, el 95% de las comunidades más pobres de RD y el 60% eran mujeres. A los seis meses de graduarse, el 71% ya había conseguido trabajo.

“Debemos brindar las mismas oportunidades a todos los jóvenes para realizar sus sueños”, dijo McDonald Benjamin, representante del Banco Mundial en República Dominicana. “Se puede hacer mucho para crear oportunidades para jóvenes en todo el país garantizando una educación de calidad, apoyando a escuelas y centros de salud, y creando incentivos para emprendedores”, dijo.

El informe, escrito por Rafael de Hoyos, Halsey Rogers y Miguel Székely, indica que el 60% de los ninis de la región provienen de hogares pobres o vulnerables en el 40% más pobre de la distribución del ingreso. Sin embargo en el país la tasa más elevada de ‘ninis’ se encuentra en hogares de ingreso medio-bajo.

“Esto sugiere que la condición de ‘nini’ dominicano no necesariamente está determinada por la falta de ingreso, sino más bien por la baja calidad de los servicios escolares y a un mercado laboral restrictivo”, dijo de Hoyos, Economista senior de la Unidad de Educación para América Latina y el Caribe del Banco Mundial. El problema se ha intensificado entre los jóvenes varones que representan un aumento de 1.8 millones de ninis en América Latina y el Caribe desde 1992. En RD, hace dos décadas, los ninis varones eran unos 88,000 jóvenes. En 2013, se duplicó a unos 164,000.

Los “ninis”, deuda económica pendiente
Hoy mismo, uno de cada cinco jóvenes dominicanos no irá a clases ni al trabajo. Son los “ninis”, es decir, personas de entre 15 y 24 años que, por varios factores, se han quedado fuera del sistema educativo y la vida laboral.

Es una situación que Rosa Díaz, de Santo Domingo, conoce bien, pero de la que logró escapar recientemente.

“Mi vida ha cambiado radicalmente, porque antes nunca había trabajado. Pero ahora que he conseguido un empleo mi meta es seguir estudiando y reinscribirme en la universidad. Tengo más esperanza para el futuro, claro que sí”, afirmó con orgullo.

Aunque miles de jóvenes en República Dominicana no han tenido la misma suerte que Rosa, tampoco se trata de una tendencia exclusiva en este país. A pesar de una década de alto crecimiento económico y una reducción significativa en la desigualdad y la pobreza en casi toda América Latina, uno de cada cinco jóvenes abandona el sistema educativo sin las habilidades necesarias para integrarse a la fuerza laboral.

A pesar de que esta proporción se ha mantenido constante desde 2003, representa cada vez un mayor número de jóvenes ninis, alcanzando hoy 434,000 en República Dominicana.

Es paradójico que siendo una de las economías de más rápido crecimiento en América Latina, la proporción de jóvenes excluidos del sistema educativo y laboral en RD haya mostrado tal persistencia.

¿Quiénes son estos jóvenes? A continuación detallamos cuatro características que quizás no conocías sobre los ‘ninis’ en República Dominicana:

La mayoría son mujeres
Tres de cada cinco ninis en la República Dominicana son mujeres -una proporción menor al resto de la región. Para las mujeres latinoamericanas, el factor más importante detrás de la probabilidad de ser ‘nini’ es el matrimonio y el embarazo durante la adolescencia. Según un reporte del Banco Mundial, entre 2010 y 2013 la tasa de fertilidad entre adolescentes dominicanas bajó de 103 a 98 por cada 1,000 mujeres entre los 15 y 19 años de edad. Aunque la tendencia es a la baja, la tasa de fertilidad entre adolescentes sigue siendo substancialmente mayor a la media regional de 72 por cada 1,000 mujeres adolescentes.

Hombres, el grupo que más crece
En 2013, un 21.4% de la población entre 15 y 24 años en República Dominicana no estudiaba ni trabajaba – una tasa ligeramente superior al promedio regional. Sin embargo, esta cifra esconde una tendencia preocupante: el aumento en el número de desocupados se explica, casi en su totalidad, por el incremento de hombres fuera del sistema educativo y laboral. Hace dos décadas, eran unos 88,000 jóvenes, varones. En 2013 este número se había casi duplicado a unos 164,000. Este aumento general de ‘ninis’ hombres es particularmente preocupante ya que de acuerdo con el Banco Mundial una mayor incidencia de ninis varones, en contextos de debilidad institucional, está relacionada con un aumento en la criminalidad.

Más ingresos no significa menos “ninis”
En América Latina, la incidencia de ninis es mayor en hogares pobres, disminuyendo sistemáticamente a medida que aumenta el ingreso. Pero este no es el caso en República Dominicana, pues la tasa más elevada de ninis se encuentra en hogares de ingreso medio-bajo. Esto sugiere que el fenómeno de los desocupados en República Dominicana no necesariamente está determinado por la falta de ingreso. Más bien podría estar vinculado a restricciones en la oferta educativa como baja calidad de los servicios escolares o poca pertinencia para satisfacer las necesidades del mercado laboral.

Los quince años; un momento crucial
Según datos del 2013, la gran mayoría de los jóvenes a los 15 años estaban dentro del sistema educativo en República Dominicana. El problema de los de-socupados surge entre los 15 y 19 años, cuando cerca del 40% de los jóvenes abandona el sistema educativo y sólo una fracción de ellos encuentra oportunidades en el mercado laboral. Para jóvenes latinoamericanos y caribeños el abandono escolar a temprana edad es el camino más común para convertirse en nini, particularmente para los hombres. Sin las habilidades necesarias para obtener un trabajo, se ven obligados a ir al mercado laboral informal, donde el empleo es por naturaleza inestable y temporal. Una vez que pierden ese trabajo, nunca regresan a la escuela. Ahora, ¿cuáles son las políticas para reducir el abandono y el desempleo entre jóvenes ninis en República Dominicana?

La autora es: Alejandra De La Paz es oficial de Comunicaciones del Banco Mundial/Mary Stokes es productora Online del BM.

CAPACITACIÓN ESCLAVE PARAOPORTUNIDADES
Una iniciativa apoyada por el Banco Mundial ofrece a los jóvenes más vulnerables oportunidades para desarrollar habilidades en sectores claves con el propósito de mejor facilitarles el ingreso al mercado laboral.

“Aprendí mucho”, explica Francis, un joven de Santo Domingo. “Aprendí a perder el miedo, a relacionarme con personas diferentes, a tener la capacidad, a tener más conocimientos y a tener mejor desempeño en las cosas que yo hago hoy en día”.

Al cerrarse, la iniciativa había alcanzado a 38,000 jóvenes, el 95% de los cuales son de las comunidades más pobres de República Dominicana y el 60% eran mujeres. A los seis meses de graduarse, el 71% ya habían conseguido trabajo.

“La iniciativa ha tenido impactos positivos, incluidos el aumento de los ingresos y la obtención de trabajos de mejor calidad por parte de los participantes”, afirma McDonald Benjamin, representante del Banco Mundial en el país. “Se ha visto el impacto también en la autoestima y confianza de los jóvenes y en la satisfacción de los empleadores. El Proyecto fue un complemento clave para los esfuerzos del Gobierno dominicano de ampliar la protección social para los jóvenes y ayudarles a prepararse para un futuro más promisorio”.

El programa consiste en capacitaciones cortas, de tres a seis meses, diseñadas e implementadas por el sector privado con subsidios gubernamentales. Estas capacitaciones incluyen no sólo módulos técnicos sino también acompañamiento a los estudiantes para la generación de habilidades socioemocionales, y son complementadas por pasantías que facilitan la inserción en el mercado laboral. Este tipo de programas mejoran la empleabilidad y los salarios de los jóvenes, inclusive en el largo plazo.

 

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