Los jóvenes negros son los más afectados por la violencia en Brasil
Un estudio divulgado este jueves por la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso) dejó al descubierto el grave problema de violencia que viene sufriendo Brasil hace más de tres décadas. El informe señala que desde 1980, el índice de muertes violentas creció un 576,4 por ciento.
En 1980, el registro era de 1.825 muertes, mientras que en 2013 fue de 10.520, con 34,1 asesinatos por cada 100.000 jóvenes.
El informe «Violencia letal contra los niños y adolescentes de Brasil» recoge datos hasta 2013, por ser los últimos publicados por el Ministerio de Salud. Sin embargo, indica que en ese último año murieron en el país hasta 29 jóvenes al día.
Desde 2007, todos los años se registraron más de 30 muertes por cada 100.000 jóvenes.
El estudio remarca que la violencia en Brasil afecta principalmente a jóvenes negros, que sufren una tasa de homicidios hasta un 178% superior a la de los blancos menores de 18 años.
Según la información divulgada por Flacso, que incluye datos recopilados por la Organización Mundial de la Salud (OMS) en 85 países, entre 2010 y 2013, entre los países analizados, Brasil es el tercero con la mayor tasa de homicidios de jóvenes, por detrás de México y El Salvador.
Por regiones, el estado de Alagoas, en el nordeste del país, es donde la vida de los jóvenes corre más peligro, al registrar una tasa de 43,3 homicidios, en este caso, cada 100.000 personas de hasta 19 años de edad.
Los estados de Espírito Santo y Ceará, ambos en la zona este del país, serían los siguientes clasificados en esa estadística, con 37,3 y 33,7 asesinatos por cada 100.000 jóvenes.
En el otro extremo se encuentran los estados de Santa Catarina y San Pablo, ubicados en el sur de Brasil, la más desarrollada del país, con 5,7 y 6,3 muertes violentas por cada 100.000 jóvenes.
El estudio de Flacso también muestra que en 2013 se registraron hasta 788 suicidios entre personas menores de 19 años.
Este dato implica una tasa de 1,2 suicidios por cada 100.000 jóvenes, muy por encima de la tasa del 0,8 registrada en 1980.
