Le será difícil a Turquía lograr que la Unión Europea relaje las restricciones de visa para sus ciudadanos antes de julio, cuando faltan apenas dos semanas para que cumpla con ciertas condiciones impuestas por los europeos.
Ankara tiene que reducir una lista atrasada de solicitudes de asilo, otorgar a refugiados acceso a su mercado laboral, modernizar su sistema de visas a fin de dificultar la entrada de personas “de alto riesgo migratorio” y ajustar sus leyes de protección de información a los estándares de la UE, entre otras condiciones, todo para el 4 de mayo.
La propuesta de exención de visas es parte de un paquete de incentivos que la UE le está ofreciendo a Turquía para frenar la ola de migrantes que hacen peligrosas travesías en endebles embarcaciones a fin de llegar a Europa. La UE además le otorgaría a Turquía hasta 6.000 millones de euros (6.800 millones de dólares) en asistencia financiera para refugiados sirios, y agilizaría las negociaciones para incluir a Turquía en el bloque.
Turquía ha advertido que el acuerdo entero podría anularse si la UE no permite la entrada sin visa de ciudadanos turcos para viajes cortos o de negocios.
“Si la Unión Europea no toma las medidas que tiene que tomar, si no cumple con sus compromisos, entonces Turquía no implementará este acuerdo”, declaró el presidente turco Recep Tayyip Erdogan hace pocos días.
Sin embargo la Comisión Europea insiste en que la iniciativa debe venir de Turquía, aunque el bloque está desesperado por lograr que las autoridades turcas les ayuden a detener el éxodo de refugiados.
Dimitris Avramopoulos, comisionado de la UE para asuntos migratorios, declaró el miércoles que “no habrá una liberalización de las condiciones para visas si no se cumplen todos los estándares”.
Agregó que Turquía ha logrado ciertos avances, pero que no han sido suficientes.
“Si continuamos trabajando así la mayoría de los estándares se cumplirán”, indicó Avramopoulos.
Añadió: “Cada minuto cuenta, no tenemos mucho tiempo por delante”.
