Falta de valores puede crear ambición entre los jóvenes

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Shopaholic man walking on commercial street with a lot of shopping bags

Tanto en sectores exclusivos como en barrios de pocos recursos del país es común que en la actualidad una parte de los jóvenes desee tener a su disposición vestimenta a la moda, prendas de lujo, vehículos último modelo, bebidas alcohólicas exclusivas, entre otros gustos que, en ocasiones no pueden ser adquiridos por sus propios recursos debido a que no poseen un capital adecuado para saciar estos placeres.

Esta problemática, de acuerdo a la psicóloga Carmen Virginia Rodríguez, puede desencadenar la ambición, la competitividad y la comparación con otros jóvenes, lo que reflejará al final la falta de valores inculcados por sus padres.

El tema surge a raíz de la cantidad de jóvenes que exhibe una abundancia no apta para su edad, aun provengan de familias adineradas. Los casos se dan tanto en la clase alta como en los barrios empobrecidos.

“No hay forma de que a una corta edad, un joven maneje altas sumas de dinero, joyas, tenis caros, y otros lujos sin que los padres se den cuenta. Ahí estamos viendo cuáles son los valores que se están inculcando en la sociedad”, reflexiona Rodríguez.

Resalta que los padres deben estar al tanto de lo que hacen sus hijos, sobre todo si viven bajo el mismo techo, y todavía son dependientes de ellos. Explica que este tipo de actitudes está relacionada con la competitividad que la sociedad está “exigiendo” y la “necesidad de pertenecer a este mundo ‘moderno’ y ‘tecnológico’, por eso se dan muchos casos de que porque quiero pertenecer, hago lo que sea y eso implica romper mis valores o adquirir otros valores que no fueron inculcados”, añade.

La especialista enfatiza que no es obligatorio aplicar la frase: “Lo que no tuve de pequeño tengo que dárselo a mis hijos”, debido a que todo en la vida se tiene que ganar con esfuerzo.

“Cuando criamos a los hijos en la carencia y en la proyección de las que fueron nuestras carencias, vamos a cometer esos errores; si bien es cierto que los padres han logrado cosas, tenemos que inculcar que las cosas se ganan, no por merecimiento, no porque tú no lo tuviste yo tengo el derecho de tenerlo, de hecho hay un estudio donde a raíz de este mismo pensamiento se ha creado un fenómeno que se llama el ‘Síndrome del niño rico’, que se da cuando los chicos son criados sin límites, sin miramientos, sin esfuerzo”, comenta Rodríguez.

Asimismo, destacó que en ocasiones los padres suelen darle grandes cantidades de dinero a sus hijos como sustituto por la falta de cercanía y como compensación a sus ausencias.

“La parte material en el tiempo actual se quiere utilizar como compensación a las ausencias, entonces te doy para compensar mi ausencia de no estar, o te doy para resolver un problema de tiempo, porque no puede ir o porque no puedo hacer como padre lo que tengo que hacer”, opina la especialista.

También manifiesta que no toda la culpa recae en los padres, ya que también existen casos de hijos que son criados con buenos valores, pero que por circunstancias de la vida se desvían del buen camino. “No podemos negar que hay malas influencias. De ahí la importancia de crear una base fuerte para evitar que sean vulnerables a ellas”, advierte.

Opinión de psiquiatra 
Cuando no hay una vigilancia pertinente y adecuada sobre los jóvenes, estos puede que se vean envueltos en casos no muy agradables.

La opulencia y la competencia es una amenaza que cada vez toma más cuerpo entre los jóvenes. “Es ahí cuando se dan casos en los que vemos a muchachos de poca edad haciendo alarde de manejar mucho dinero, de usar buenas marcas, y lucir costosas joyas que no se sabe de dónde las han sacado, pues no siempre trabajan en la juventud.

Esto se da a todos los niveles”, expresa el psiquiatra Luis Rafael Serret.

Por esta razón algunos caen en vicio, en adicciones, y en actividades ilícitas que los llevan a cometer delitos serios como la propia estafa. “No es un secreto que en nuestro país se están dando casos de delincuencia juvenil a todos los niveles, es decir, que involucra a muchachos de los barrios y de la alta sociedad”, explica el especialista.

Cuando esto sucede, los padres deben buscar ayuda a esos jóvenes, aún sean mayores de edad, pues por sí solos no pueden hacer frente a lo que les sucede.

Alerta que no todos lo hacen por el mismo trastorno. Hay diferentes condiciones que los llevan a ello. Puede ser por bipolaridad, complejo de inferioridad o superioridad, traumas sin resolver o baja autoestima (creen que lo material puede darles lo que no tienen en la personalidad).

Dice que este tipo de trastornos puede ser tratado, según el diagnóstico. Puede ser con terapia o con medicamentos si se trata de depresión o manía, como son los neurolépticos atípicos y típicos, por ejemplo.

“Cuando se ven motivados por lo económico para competir o huir de algunos de los trastornos mencionados, contraen deudas, usan tarjetas, roban y hacen compromisos que no cumplirán”, comenta.

Serret también refiere que siempre debe haber comunicación en el hogar para evitar este tipo de inconvenientes. A la vez recomendó a los padres buscar la raíz del capital económico que tienen sus hijos, e indagar cómo consiguieron ese dinero. “Si son ellos que le suplen el dinero, deben interesarse en qué lo invierten”.

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