China despertó…y miró hacia América Latina

China invierte cerca de 90.000 millones de dólares en América del Sur / César Nebot

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Napoleón en términos de dominación imperial decía que era mejor dejar que China durmiera porque cuando se despierte, el mundo temblará. En su mente seguramente no pensaba que esta dominación iba a tener lugar en lo económico dos siglos más tarde.

Ante la globalización y las turbulencias financieras de inicios de siglo el capital normalmente busca el refugio de las materias primas como forma de mantener el valor.

La cotización del oro, de la plata, de petróleo y otros recursos mineros se dispara. Si encima, un país como China que lidera la competitividad en la producción de bienes tiene consolidada una demanda internacional, precisa estabilizar estratégicamente su provisión de materias primas.

De esa manera no sólo requiere mejorar sus relaciones con los países exportadores de materias primas, sino que bajo la teoría de los costes de transacción, lo normal es que se busque una relación de inversión extranjera en al que las multinacionales internalicen los procesos. El gigante productor necesita asegurarse materias primas y para eso busca sus posiciones estratégicas.

En el caso de que deviniera una escasez de materias primas, China podría perder competitividad. Hacer inversiones extranjeras para asegurarse el suministro de materias primas ha sido su estrategia  para consolidar su posición mundial.

Curiosamente en un mundo global que ha avanzado hacia la deslocalización y externalización de los centros productivos hacia Asia, se avanza estratégicamente hacia la inversión para internalizar el suministro de materias primas en América latina y el Caribe.

De esa forma, el gigante asiático ha pasado a ser un actor fundamental para comprender las dinámicas económicas y comerciales de Latinoamérica. Entre el 2010 y el 2016, China invirtió cerca de 90.000 millones de dólares en América del Sur. Y desde hace unos años se ha ampliado al sector de la energía en estos países. Dos de cada tres fusiones con empresas chinas en Latino América entre  2015 y 2016 fueron en el sector energético. Además las multinacionales chinas pasan a tener un dominio preponderante al concentrar el poder de mercado en nueve grandes empresas.

El gigante asiático sigue creciendo y copando mercados invirtiendo en el suministro de materias primas y energía en otros continentes. En los próximos diez años esta estrategia le va a permitir una dominación económica imparable. A pesar de la intuición de Napoleón, nunca hubiera podido imaginar la extensión del imperio que iba a tener China en cuanto despertase. Para temblar. 

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