El exorcismo está de nuevo en las noticias, ya que el Vaticano anuncia que se realizará un nuevo curso de capacitación para satisfacer la creciente demanda de un ministerio de liberación. Entonces, ¿qué significa esto realmente, y debería ser motivo de tranquilidad o preocupación? Los titulares de los periódicos sobre un » aumento en las posesiones » pueden traer a la mente escenas horribles de El exorcista , pero el sensacionalismo no ayuda a la comprensión pública de una realidad seria y compleja.
En términos generales, el exorcismo significa liberar un lugar, persona o incluso objeto de alguna forma de influencia espiritual negativa. Las creencias y los rituales que podrían llamarse apropiadamente exorcismo se encuentran en casi todas las culturas y tradiciones de fe, pero en Occidente se encuentran con mayor frecuencia en contextos cristianos o islámicos .
Es importante enfatizar que dentro de los círculos musulmanes y cristianos, sin embargo, existe un amplio espectro de opiniones sobre el exorcismo y su lugar en el siglo XXI. Por ejemplo, hay voces teológicas dentro del catolicismo romano y el anglicanismo que negarían la existencia de entidades demoníacas en conjunto, pero institucionalmente, estas iglesias aceptan la posibilidad de la posesión humana y proveen un ministerio especializado en tales casos .
La realidad dentro de estas iglesias es muy diferente de la imagen presentada por Hollywood. Estos asuntos solo son tratados por sacerdotes especialmente entrenados y siempre con el mínimo de publicidad.
Cómo funciona
Un elemento clave del entrenamiento es ayudar a los sacerdotes a discernir si la causa del problema se relaciona con la salud mental o problemas emocionales, en lugar de algo sobrenatural, y apoyar a la persona en la búsqueda de la ayuda adecuada. De hecho, los ritos de exorcismo nunca deben llevarse a cabo sin la evaluación médica de un médico debidamente calificado.
En consecuencia, proporcionar un curso de capacitación para los ministros de liberación no debe traducirse directamente como un respaldo de la idea de que se ha percibido un aumento repentino en la actividad demoníaca. Lo que realmente significa es que la Iglesia está experimentando un número creciente de personas que vienen y buscan ayuda porque sienten que están sufriendo del mal espiritual.
Las causas de este aumento de la demanda son motivo de debate, pero hay voces que expresan preocupaciones razonables de que un recurso cada vez mayor a los rituales de exorcismo puede llevar a que se perjudique a las personas vulnerables. Después de todo, no todas las organizaciones religiosas tienen estructuras o controles para salvaguardar a los participantes.
Para los anglicanos y los católicos, existe una regulación estricta, porque el exorcismo es una práctica excepcional que involucra a personas que siempre serán frágiles y que a menudo pueden estar enfermas. Cuando se lleva a cabo, el rito incluirá oraciones habladas, lecturas de las Escrituras y, a veces, la suave imposición de manos. El exorcismo autorizado nunca incluirá ningún contacto violento, tocar en áreas íntimas o interacción que pueda interpretarse como que tiene connotaciones sexuales. El término «ministerio de liberación» es preferible al «exorcismo», y se lo considera parte del amplio ministerio de sanación de la Iglesia .
En contraste, dentro de algunas otras tradiciones, por ejemplo algunas formas de pentecostalismo y carismatismo evangélico, el exorcismo es visto como rutina y muchos miembros de la comunidad lo reciben sin preocupaciones ni estigmas, casi como rituales purificadores. Aquellos que los sufren no están necesariamente en riesgo, pero siempre existe el peligro de que puedan serlo.
En una sociedad liberal y democrática, el estado no busca hacer juicios de valor en relación con las elecciones religiosas de los ciudadanos. Sin una buena razón, no hay justificación para limitar la libertad de las personas para expresar su fe como mejor les parezca. Sería difícil argumentar a favor de la regulación secular del exorcismo en todos los ámbitos.
Pero igualmente, sería irresponsable ignorar los desafíos que algunas prácticas de exorcismo pueden presentar. Ha habido una serie de casos trágicos de personas, niños y adultos que mueren como resultado de los rituales de exorcismo en el Reino Unido y en otros lugares. También hay una amplia evidencia de personas que sienten que fueron sometidas a rituales a los que no dieron su consentimiento , o se les impidió acceder a tratamiento médico u otras formas de apoyo durante algún tiempo, prolongando su sufrimiento y angustia a quienes les rodean.
La Ley
En algunos aspectos, la ley en Inglaterra y Gales es clara. En lo que respecta a los niños, el abuso infantil es un abuso infantil, independientemente de la motivación que lo respalde. Si un niño está sufriendo, o está en riesgo de un daño que es lo suficientemente grave, entonces las autoridades públicas deben actuar, y se les exige que lo hagan.
En lo que respecta a los adultos, la imagen es mucho más complicada. Algunos grupos de fe practican ritos de exorcismo que implican un grado de violencia ; frecuentemente se entiende que el espíritu maligno está ocupando el cuerpo, y al hacer que el cuerpo sea un lugar incómodo, puede ser expulsado.
Esto es especialmente peligroso, porque las súplicas para detenerse pueden interpretarse como provenientes del demonio en lugar de la víctima. Aquí, el consentimiento, incluso si se da, probablemente no servirá a un acusado si la víctima sufre un daño corporal real (algo más que una lesión «transitoria o insignificante»).
En muchos países occidentales, los exorcistas tienen una libertad considerable. Y todavía hay una demanda clara para ellos. Pero este es un ritual antiguo que debe permanecer en el lado derecho de la ley moderna.
Este artículo fue publicado originalmente en The Conversation . Lee el artículo original .
