La noche del domingo selló uno de los momentos más esperados de Juego de Tronos: el encuentro entre el hielo y el fuego, el cruce de palabras de Jon Snow y Daenerys Targaryen.
Pero aunque fue el momento cumbre de la noche, la trama contaba, como resultado de tablero, cómo iba la guerra entre Daenerys y Cersei: 3-0 a favor del apellido Lannister.
Los Lannister, y en particular la reina Cersei, se anotaron dos venganzas en un solo capitulo: el beso de la muerte a Tyene con la mirada atenta de Ellaria Sand, que debe contemplarlo todo y recibir sobre sí la advertencia de Cersei de que no la matara para que vea no solo cómo muere su hija, sino como su cuerpo se pudre. “Asegúrense de cambiar las antorchas, no quiero que se pierda de nada”, dice la reina a los vigilantes.
La segunda de sus venganzas que logra es de su hijo mayor, Joffrey, con la muerte Olenna Tyrell. El final fue con veneno en vino, pero la despedida de la Tyrell fue monumental: «Yo envenené a tu hijo, que se enteré Cersei», le dice a Jaime Lannister.
No en vano el episodio se llamaba “The Queen’s Justice”.
Puede que la frase más puntual del capítulo haya sido de la Mujer Roja: “He conseguido que el hielo y el fuego se unan”, que hace conexión directa al título original de los libros que dan origen a la serie: “Canción de hielo y fuego”.
