De la pistola de cianuro al espray con VX que mató a Kim Jong Nam

Famosos asesinatos selectivos cometidos con veneno en los últimos años

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Pistola de cianuro

En octubre de 1962, el agente soviético Bogdan Nicolaievich Stachynsky, autor confeso de la muerte del profesor ucraniano Lev Rebet, líder destacado del movimiento nacionalista de Ucrania; y del jefe anticomunista ucraniano Stefen Bandera y de otros destacados refugiados en países occidenteales del centro de Europa, era condenado a ocho años de prisión en la ciudad de Karlsruhe de Alemania occidental.

Bogdan utilizaba un sutil método, que explicó detalladamente al tribunal. Empleaba una «pistola de cianuro» consistente en un tubo de aluminio de 15 centímetros de largo y dos de diámetro que alojaba una cápsula de plástico con una dosis de cianuro potásico, un veneno muy activo, que al golpe del percusor se proyectaba en neblina incolora e inodora sobre la víctima. El veneno causaba una muerte rápida, que aparentaba ser una crisis cardíaca.

«Yo he matado a Lev Rebet y a Stefen Bandera. Pertenezco desde hace diez años a los Servicios de Seguridad soviéticos. Maté a esos dos ucranianos con un revólver vaporizador de gas tóxico», confesó el agente soviético que previamente se inmunizaba con una pastilla de antídoto y se protegía durante la agresión con un periódico que colocaba ante su rostro.

Buscaba a sus víctimas en un encuentro casual al descender de la escalera de su domicilio o en circunstancias semejantes que no atraían la atención pública.

Bogdan se entregó finalmente a la Policía alemana y confesó sus crímenes «para advertir a otras personas».

Paraguas asesino

El búlgaro Georgi Markov fue asesinado en Londres en 1978 de forma tan sutil que el crimen parece sacado de una novela de Ian Fleming, John le Carré o Frederick Forsyth. El 7 de septiembre el periodista del servicio búlgaro de la BBC, esperaba al autobús en el puente de Waterloo para dirigirse a su trabajo, cuando un desconocido le golpeó en la pantorrilla con la punta de su paraguas. El desconocido se disculpó y rápidamente se alejó y cogió un taxi. Markov no dio importancia al asunto, pero al llegar al trabajo, el dolor en la zona donde había recibido el pinchazo era continuo. Esa noche comenzó a tener fiebre y fue hospitalizado. Murió tres días después, se cree que envenenado por la policía secreta de Bulgaria, de donde había desertado unos años antes.

Los forenses encontraron incrustado en la pantorrilla de Markov un perdigón de 1,52 milímetros de diámetro, compuesto de platino e iridio, que había sido diseñado para deshacerse a la temperatura corporal de 37 grados para liberar el veneno empleado, del que aún no hay antídoto: ricino tóxico.

Arsénico en el avión

Munir Said Thalib, uno de los más destacados defensores de los Derechos Humanos en Indonesia, murió durante un vuelo de Yakarta a Ámsterdam en septiembre de 2004. La autopsia realizada en Holanda reveló que había sido envenenado con arsénico.

El ex presidente de la aerolínea Garuda Indra Setiawan implicó a los servicios secretos indonesios en el asesinato por envenenamiento de Munir Said Thalib, en un vuelo de esa firma estatal. Declaró que había recibido una carta de la Agencia de Inteligencia indonesia (BIN) indicándole que permitiera entrar en el avión al ex piloto Pollycarpus Priyanto.

Éste habría recibido órdenes de los servicios secretos de introducir una dosis mortal de arsénico en la comida de Thalib, de 38 años, mientras volaba hacia Amsterdam.

Thalib había fundado la Comisión de desaparecidos y víctimas de la violencia (Kontras), una organización que denunció los atropellos cometidos por los militares indonesios durante los 32 años del régimen del dictador Suharto. También había fundado la ONG Monitor de los Derechos Humanos (Imparsial) y dirigía la Fundación para la Ayuda Legal en Indonesia.

Veneno en el auricular

El presidente del banco Rossbusinessbank, Ivan Kivelidi, fue hospitalizado el 4 de agosto de 1995 de urgencia por convulsiones. Todo apuntaba a una intoxicación por vía digestiva, pero horas después le siguió su secretaria Sara Izmailova, con similares síntomas. Ambos fallecieron a las pocas horas.

Los investigadores determinaron que habían sido envenenados. Alguien había rociado de veneno (se habló de cadmio y de talio) el auricular del teléfono de su oficina. Nunca se conoció el móvil.

Vladimir Khutsishvili, un miembro del consejo de administración del banco, fue condenado a 9 años de cárcel en 2006 por el asesinato.

Una carta con sarín

Un líder independentista checheno conocido como Jattab o Al-Khattab murió el 20 de marzo de 2002 tras recibir una carta envenenada que le entregó un mensajero, reclutado por el Servicio Federal de Seguridad (FSB) ruso.

Media hora después de recibir el mensaje, Jattab salió de su tienda con el rostro pálido, frotándose la cara con el muñón de su brazo y cayó en brazos de sus guardaespaldas.

Fuentes chechenas dijeron que la letra estaba cubierta con «un agente nervioso de acción rápida, posiblemente sarín o un derivado de éste».

El mensajero, un agente doble daguestaní llamado Ibrahim Alauri, fue localizado y ejecutado por militantes chechenos en Bakú.

Polonio 210 en el té

El 1 de noviembre de 2006, Alexander Litvinenko se reunió con Andrei Lugovoi y Dmitry Kovtun, excolegas de la inteligencia rusa, en el Pine Bar del Hotel Millennium de Londres. Allí se tomó un té que contenía polonio 210. El 3 de noviembre fue hospitalizado con vómitos y fuertes dolores. Falleció el 23 de noviembre consumido por la radiación, sin pelo y con apariencia pálida, espectral, y culpando a Putin de su muerte.

Casi diez años después, la investigación pública por la muerte de Litvinenko concluyó con la identificación de los culpables. «Estoy seguro de que el señor Lugovoi y Kovtun colocaron el polonio 210 en la tetera», dijo Sir Robert Owen, el juez encargado de la investigación. «Tomando en cuenta todas las evidencias y análisis que he tenido a mi disposición, considero que la operación del FSB [el sucesor del KGB] para matar a Litvinenko probablemente fue aprobada por el señor Patrushev [director del FSB] y también por el presidente Putin», concluyó Owen.

Espray de VX

El hermanastro del dirigente norcoreano e hijo mayor del fallecido Kim Jong Il, Kim Jong-nam, de 46 años, fue asesinado el 13 de febrero en el aeropuerto de Kuala Lumpur (Malasia). Según las autoridades, fue atacado con un espray químico y murió entre 15 y 20 minutos después, cuando estaba siendo trasladado al hospital.

Los forenses tomaron muestras de la cara y los ojos de Kim Jong-nam, donde dos mujeres se lo rociaron mientras esperaba a tomar un vuelo a Macao, su lugar habitual de residencia. Los análisis concluyen que utilizaron VX, el agente nervioso más potente que se conoce, más incluso que el gas sarín. Resulta más tóxico si entra en contacto a través de la piel y más aún si es por inhalación.

Hasta el momento han sido detenidas las dos mujeres que se cree que fueron las responsables directas del ataque, un ciudadano con pasaporte norcoreano que también ha sido arrestado en esta investigación, y el novio de una de las dos mujeres.

Aunque ambas mujeres se lavaron las manos justo después, lo que según la Policía prueba que «eran conscientes» de lo que estaban haciendo, una de ellas cayó enferma y acabó vomitando.

Los indicios apuntan directamente al régimen norcoreano de Kim Jong-un, quien en 2013 ya ejecutó a su tío y regente en la sombra, Jang Song-thaek, para que nadie le disputara su poder absoluto.

 

 

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