Ya son ocho los que se han ido del consejo empresarial de Trump por su respuesta a la violencia supremacista

Inge Thulin, CEO de 3M, y Denise Morrison, de Campbell Soup, se sumaron a la salida en los últimos dos días de seis directores de empresas del equipo creado por la Casa Blanca para asesorar al presidente, en rechazo a la manera como éste ha manejado la crisis por la violencia racista vivida en Charlottesvile, Virginia, el fin de semana.

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Ya son ocho. Este miércoles Inge Thulin, CEO de 3M Company, y Denise Morrison, CEO de Campbell Soup, decidieron seguir el camino seguido por otros seis empresarios que renunciaron a su posición en un consejo de asesores de la Casa Blanca de Donald Trump, en repudio directo a la respuesta del presidente a la violencia de supremacistas blancos del pasado fin de semana en Charlottesville, Virginia.

La decisión de Thulin y Morrison llegó después de que Richard Trumka, el presidente del grupo sindical más grande de Estados Unidos, renunciara en la tarde del martes a la Iniciativa de Trabajos Manufactureros de la Casa Blanca, denunciando las respuestas apologistas de Trump al incidente en que un supremacista blanco atropelló mortalmente a una mujer durante una manifestación de grupos de extrema derecha.

El violento episodio fue descrito por la misma administración de Trump como terrorismo doméstico. Sin embargo, este martes Trump insistió en una rueda de prensa en que la violencia provino no solo de supremacistas blancos y neonazis sino también de quienes asistieron a la manifestación para denunciar su discurso de odio. En la rueda de prensa, Trump justificó parcialmente a los supremacistas blancos al afirmar: «Creo que hay culpa en ambos lados».

La conferencia inspiró a Trumka y a y Thea Lee, líderes de la AFL-CIO, a a salirse del grupo de consejeros de Trump. Se unió así a los cuatro líderes que ya habían abandonado sus roles en el consejo de la Casa Blanca esta semana: Kevin Frazier, el director afroamericano de la compañía farmacéutica Merck; Brian Krzanich, director ejecutivo del fabricante de chips electrónicos Intel; Kevin Plank, director ejecutivo de la empresa de ropa deportiva Under Armour; y Scott Paul, presidente de la Alianza de Fabricantes de Estados Unidos.

«No podemos permanecer en un consejo para un presidente que tolera la intolerancia y el terrorismo doméstico», explicó Trumka al anunciar su renuncia en un comunicado. «Las declaraciones de hoy del presidente Trump desmienten sus declaraciones forzadas de ayer (lunes) sobre el KKK y los neonazis», agregó.

El presidente había condenado el lunes la violencia de los grupos supremacistas blancos, tras dos días de fuertes críticas de demócratas y republicanos por lo tibio de sus palabras en su respuesta inicial al incidente del pasado sábado.

«El racismo es el mal y aquellos que causan violencia en su nombre son criminales y matones», dijo el presidente el lunes, en un discurso de menos de cinco minutos en el que mencionó específicamente a los supremacistas blancos, a neonazis y a los miembros del Ku Klux Klan, a quienes además catalogó como «repugnantes».

Video: La condena de Trump a los grupos supremacistas que llega con dos días de retrasoUnivision

En su conferencia este martes, Trump regresó al discurso apologista que presentó en su primera reacción, cuando aseguró que la violencia en Charlottesville provino de «muchos grupos». Además comparó este martes al general confederado Robert E. Lee -quien lideró un ejército que buscaba separarse de EEUU y cuya estatua fue defendida por los grupos supremacistas en Charlottesville- con el primer presidente del país, George Washington.

«Esta semana es Robert E. Lee. La próxima semana es Stonewall Jackson (otro general confederado). Me pregunto si la próxima será George Washington», afirmó el presidente.

Una quinta renuncia

El anuncio de Trumka llegó unas seis horas luego del que hizo Paul, quien explicó en Twitter que su renuncia a la Iniciativa de Trabajos Manufactureros era «la cosa correcta que debía hacer».

Paul lidera la Alianza de Fabricantes de EEUU, una asociación de empresas y grupos sindicales para reforzar la industria estadounidense y ayudar en el diseño de políticas públicas que promuevan la creación de trabajos nacionales.

Poco antes de conocerse la salida de Paul, y tras conocerse de la salida del consejo de tres de sus miembros, todos a raíz de los eventos en Virginia, el presidente Trump colocó un mensaje en su cuenta Twitter en el que parece restarle importancia a las deserciones.

«Por cada CEO que se va del Consejo de Manufacturas, tengo muchos para asumir sus lugares. Los que buscaban impresionar no debieron haber ido. ¡TRABAJOS!», escribió Trump.

Krzanich había dimitido mediante un blog de la compañía Intel. «Renuncié para llamar la atención sobre el grave daño que nuestro clima político dividido está causando a los asuntos críticos, incluida la seria necesidad de hacer frente a la decadencia de la manufactura estadounidense», dijo.

Frazier, el pionero

Frazier, quien renunció al consejo el lunes por la mañana, fue inmediatamente criticado en un tuit del presidente en el que cuestionó los altos precios que, según el mandatario, le pone su empresa a los medicamentos.

«La fortaleza de nuestro país se debe a su diversidad ya las contribuciones hechas por hombres y mujeres de diferentes creencias, razas, orientaciones sexuales y creencias políticas», había dicho Frazier en un comunicado.

Desde que fue creada en febrero, la Iniciativa de Trabajos Manufactureros ha perdido ocho de sus integrantes. El primero en renunciar fue el entonces director ejecutivo de Uber, Travis Kalanick, quien dejó el grupo a raíz de la orden ejecutiva para limitar la inmigración de un grupo de países musulmanes, que las cortes consideraron racista.

Luego, Elon Musk, de Tesla, y Bob Iger, de Disney, se retiraron en junio, luego de que la presidencia anunciara el retiro del Acuerdo de París contra el cambio climático.

Todavía permanecen en el grupo una treintena de ejecutivos y líderes empresariales. La cifra exacta no es conocida porque la Casa Blanca no mantiene un listado oficial de integrantes.

A las voces críticas de empresarios a la violencia surgida el fin de semana se sumó Sheryl Sandberg, directora operativa de Facebook.

«Cada generación tiene que estar atenta en la lucha contra el tipo de intolerancia y odio que fue exhibido por los supremacistas blancos en Charlottesville», dijo la conocida ejecutiva en un mensaje en Facebook, en el que recordó a la joven muerta en el atropello, Heather Heyes.

«La madre de la valiente Heather Heyer, Susan Bro, dijo que quería la muerte de su hija fuera un de guerra por la justicia e igualdad, justicia y compasión. Honrémosla enseñando a nuestros hijos a honrar y respetar esos valores», señaló.

Por su parte Tim Cook, presidente ejecutivo de Apple se refirió a los supremacistas blancos y a la violencia racista como un «asunto moral, una afrenta a Estados Unidos» dijo en un mensaje en Twitter, en el que hizo un llamado a combatirlo.

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